miércoles, 10 de octubre de 2012

Crítica de GEOteatral

Las lágrimas que me tragué es un unipersonal que habla sobre la decadencia de un ser humano a quien la sociedad consumista y portadora del “deber ser”, le explotó por los poros de la piel.
Ella es Trinity, mujer y niña a la vez. De chica le dijo a su madre que no volvería a sonreír y cumplió con su promesa. Pero para sentir, no hacen falta las risas o las lágrimas, porque las emociones están ahí, ahí adentro, pese a que a veces inunden los cuerpos hasta hacerlos desbordar como a ella. Un poco cínica, bordeando la razón o la locura y amante de los extremos, demuestra que nada le importa aunque todo le importa. Su objetivo es despojarse de todos los objetos materiales que la rodean.
Marina Castillo interpreta a Trinity y lleva el unipersonal con soltura. No dice las palabras, pareciera que las canta, que el encadenamiento de ellas conforman uno de esos tangos que le preguntan a la vida el por qué del sufrimiento. Es graciosa y sorprende a un público desprevenido. Es cierto que quizás hay recursos para hacer reír que son utilizados en exceso, aunque quizás esto tenga que ver con la decadencia del personaje. La puesta en escena y el vestuario ayudan a construir un mundo que se mueve entre la tragedia y la comedia.
En
 Las lágrimas que me tragué Trinity nos cuenta su vida y nos invita a escucharla. Su afrancesada madre, el médico que la diagnosticó “muerta en vida” y las heridas causadas por el simple hecho de estar vivo, son parte de un mundo melancólico, depresivo y de locura, en el que ella siempre estuvo inmersa.

Este es un unipersonal para que el público disfrute esa
 pequeña porción de vida que la protagonista les regala. Más que resolver, siembra dudas y el espectador se irá con más preguntas que respuestas: ¿Quién es ella? ¿Qué le pasó? Las lágrimas que me tragué es inconclusa e incierta, porque Trinity lo es.
Bárbara Reinhold
barbara@geoteatral.com.ar

viernes, 5 de octubre de 2012

Este Domingo en Los Dados Sumaron Siete

EN WWW.ARINFO.COM.AR A LAS 21 HS: Historias de Vida de Gente Común y Madre Tierra Resiste. El radioteatro de "Doña Valentina" se afianza con mayor identidad. El Cénit se ilumina con la presencia del director teatral Ezequiel Matzkin que nos viene a presentar su flamante creación, Las lágrimas que me tragué. Indagamos el mundo poético de Sylvia Plath. Cada programa tendrá música en vivo, esta vez Cristian Rivas nos canta a su manera. Seguimos agitando el cubilete y sorteando entradas para los mejores espectáculos.
 Conducción: Facundo Verna y Charly Zárate.
PODES OIR LA ENTREVISTA EN http://www.arinfo.com.ar/notix/noticia/01721_desde-este-domingo-los-dados-sumaron-siete-arranca-su-nuevo-horario-de-21-a-23hs-.htm

lunes, 1 de octubre de 2012

Crítica de LEEDOR.COM

Marina Castillo dirigida por Ezequiel Matzkin, es un unipersonal que se autodenomina surrealista, encarna a Trinity, una niña que declara haberle anunciado a su madre: ¨No volveré a sonreir¨.
Este personaje interpretado con mucho humor y gran riqueza expresiva, va generando identificación con todas las decisiones que involucran renuncias, a la vez que se permite ir y volver de la locura con total libertad.
Una niña/adulta anulada por su madre, encerrada en un cuarto con objetos que la obsesionan, decide desprenderse de cada uno de ellos ¨sin derramar lágrima alguna¨.
Trinity quiere quitarse las ataduras que la angustian, y la forma que encuentra es renunciando a lo material, pero tambien a su universo y a su sonrisa.
La puesta de Ezequiel Matzkin está resuelta con mínimos aunque barrocos elementos que conforman el universo de Trinity y su poética soledad.
Vuelve a aparecer aquí la mujer sola de la obra anterior de Matzkin -Tu ausencia animal- esa soledad abrumadora, otra mujer sobreadaptada a la dureza extrema del entorno. La diferencia entre la soledad de la mujer pseudo ermitaña en compañía de su perra y su gallina en Tu ausencia animal, y la de Trinity en su habitación es que, la primera, espera eternamente el afecto que cree recordar, en cambio esta niña/mujer con diagnóstico surrealista, deja repentinamente de esperar. Y esa es su declaración. Esa gran renuncia la libera y la condena a la vez: ¨No volveré a sonreir¨.

Sara Echezarreta 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Un unipersonal surrealista

La actuación de Marina Castillo y la dirección de Ezequiel Matzkin logran un espectáculo en donde la imaginación y la creatividad marcan la diferencia.
En lo cotidiano, para muchos, la obsesión por el “tener” deviene en una carrera interminable para vencer la angustia de la existencia. Pero las posesiones y la lucha por conservarlas, lejos de calmar la ansiedad parecen contribuir a todo lo contrario. 
No sabemos si influenciada por las antiguas o modernas enseñanzas de los filósofos acerca del "ser" o el "tener" o simplemente por las consecuencias de vivir su infancia junto a su “afrancesada” madre, lo cierto es que Trinity un día decide dejar de sonreír y terminar con los objetos que la atan a un mundo de pertenencias que la obsesiona. 
En poco menos de 40’ que dura la obra, Marina Castillo despliega toda la magia de su personalidad otorgándole un sello propio y particular a este unipersonal surrealista. Su natural predisposición para la comicidad se ve enriquecida por sutiles toques dramáticos. El texto de por sí atrapante se mixtura en una estética que conmueve por el uso creativo de palabras, objetos e imágenes corporales.

Ezequiel Matzkin (Tu ausencia animal), coautor junto a Marina de Las lágrimas que me tragué, contribuye además como director a establecer un juego teatral sumamente creativo potenciando las cualidades de una actriz de gran presencia escénica. Lo de ella es el quiebre de la interpretación fácil, es la palabra o el gesto disruptivo que modifica y enriquece el sentido esperado sorprendiendo al espectador.
“Un día siendo tan solo una niña, Trinity, decidió dejar de sonreír. Le informó a su afrancesada Madre: “No volveré a sonreír”. A partir de allí, todo fue desprendimiento para ella. “Muerte en vida” sentenció el especialista.”
El personaje, se encuentra enmarcado en un dispositivo escénico muy bien logrado que lo contiene y lo limita pero a la vez le permite transitar el escenario, contactar con objetos que lo rodean y establecer un contacto directo con el público.
“Una vida de objetos no es moco de pavo. Deshacerse de esta vida material, aún menos. ¿Por dónde comenzar?...”
Una puesta en escena ideal para aquellos que buscan ver cosas distintas sobre un escenario. Acá no encontrarán una voluminosa escenografía ni el despliegue grandilocuente de efectos especiales pero tampoco el minimalismo de lo simple o esencial. Acá habrá redundancia de sentidos a partir de la palabra, los objetos, la iluminación, los sonidos y el vestuario en una lograda conjunción de creatividad, imaginación y talento. 
Por Carlos Folias (Puesta en Escena)

viernes, 14 de septiembre de 2012

La Afrancesada Madre



De pequeña le decía: -Trinity, reverencia, y ella debía inclinarse para homenajear al especialista. -Trinity, descálcese, y la instaba a andar descalza porque intuía que su calzado tenía más bacterias que cualquier otro. -Trinity, no pestañee, no tanto...
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martes, 11 de septiembre de 2012

El Especialista

¿Qué lugar ocupa la familia en el esquema de las cosas?
Esta fue, es y será mi pregunta de cabecera. Yo, El Especialista, siempre hacía esta pregunta...

domingo, 2 de septiembre de 2012

INICIO


Ayer estrenamos.

Comienzo iluminado.


GRACIAS a todos.


Especialmente a Vanina Dubois y sobre todo a Marina Castillo.

No solo por su talento actoral sino por su corazón tan amoroso y sensible.


Vengan a verla en "Las Lágrimas que me Tragué". 

Es única. 

Realmente única.

 

jueves, 23 de agosto de 2012

GRAN ESTRENO!

DESDE EL SÁBADO 1° DE SEPTIEMBRE A LAS 22:30 HS EN VERA-VERA TEATRO, VERA 108.